Oftalmología pediátrica: el test de Teller y el test de Cardiff

Tarde o temprano todo el mundo se ha sometido a un test de agudeza visual para comprobar que tienen, o no, una enfermedad en la vista. Desde bien pequeños es recomendable hacerse de forma periódica revisiones, ya que se puede detectar algo irreversible. Cada año, los problemas de la vista aumentan. Tanto es así, que el 20% de los niños, de entre 5 y 7 años en España padece miopía.

La oftalmología infantil es una especialidad importante, ya que hay patologías de la retina que son hereditarias y se manifiestan a corta edad. Por ello, es vital contar con herramientas y chequeos que aseguren un correcto diagnóstico. Es aquí donde entras dos de los test más realizados por los oftalmólogos: el test de Teller y el test de Cardiff.

Teller y los colores blancos y negros

En los años 80, el doctor Teller y su equipo, introdujo un método que hoy en día es uno de los más extendidos para medir de forma rápida y fácil la agudeza visual: el Test de Teller. 

Esta técnica sirve para valorar la vista de aquellos niños y niñas que se encuentran en la etapa preverbal. Durante el proceso se colocan 17 láminas delante del pequeño. La distancia entre estas y la persona variará según la edad. 

Estas láminas tienen franjas blancas y negras en un extremo y en el otro un fondo uniforme.  Las franjas están distribuidas de mayor a menor grosor. Así, el tamaño se irá reduciendo. 

El paciente llegará un momento en el que no vea las líneas y vea solo un fondo gris. Será ahí cuando el doctor determina su nivel de agudeza visual y realizará un diagnóstico del caso. 

Los animales de Cardiff

A medida que los niños van creciendo, se necesitan herramientas que capten su atención a la hora de hacerle diagnósticos. Por ello, surgió la idea del Test de Cardiff. Esta técnica se utiliza en niños de 1 y 3 años. Dejamos atrás las láminas de rayas blancas y negras y damos paso a dibujos como coches o animales. En esta ocasión, la prueba dispone de 11 niveles de AV.

Como en el Test de Teller, cada lámina está compuesta por un fondo gris en su parte superior o inferior y unos dibujos, de tal forma que sus contornos son con bandas blancas y negras alternadas.

Para llevar a cabo el test, se colocarán dichas láminas a 1 metro o 50 cm del sujeto. Como en todos los test de preferencia de mirada,  ofrecemos al niño cada una de las láminas desde el primer nivel. La prueba se realiza primero con un ojo y, después, con el  otro. Es ahí cuando observaremos la dirección de su mirada, hacia arriba o abajo de la lámina. Si no muestra interés por ninguna de las partes, quiere decir que no resuelve el dibujo. Si, por el contrario lo ve, dirigirá su fijación a la parte donde está.

Es importante tratar a tiempo los problemas de la vista en los más pequeños, ya que la visión es una de las principales formas en que los niños aprenden y procesan la información que les llega de su entorno. Si un niño tiene problemas de visión, puede empezar a tener dificultades para aprender, leer y escribir, lo que puede afectar su rendimiento académico y su desarrollo general.

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