Hipermetropía

¿Qué es la Hipermetropía?

La hipermetropía es una condición refractiva que afecta la visión cercana. Alrededor del 20% de las personas padecen hipermetropía, que se caracteriza por la dificultad para ver objetos cercanos con claridad, mientras que los objetos a distancia suelen ser más nítidos.

Esta afección ocurre debido a que el ojo es más corto de lo normal o la córnea tiene una curvatura insuficiente. Como resultado, la luz que entra en el ojo se enfoca detrás de la retina en lugar de directamente sobre ella.

A diferencia de la miopía, donde la visión a distancia es borrosa, en la hipermetropía el problema principal es la visión cercana. Los objetos cercanos pueden aparecer borrosos o poco claros, y el esfuerzo para enfocar puede llevar a fatiga ocular y molestias. Debido a que el hipermétrope enfoca la imagen detrás de la retina, la información visual que percibe el ojo no es nítida ni clara, lo que requiere ajustes visuales adicionales para ver correctamente.

 

Tipos de hipermetropía que hay

Existen varios tipos de hipermetropía, cada uno con características y causas específicas:

  • Hipermetropía simple: ocurre cuando la curvatura de la córnea o la longitud del ojo no es suficiente para enfocar la luz directamente en la retina. Aunque los objetos cercanos se ven borrosos, la visión a distancia es generalmente más clara. Es la forma más común y puede corregirse fácilmente con lentes ópticos.
  • Hipermetropía compuesta: el ojo tiene una combinación de hipermetropía en ambos meridianos, lo que puede afectar tanto la visión cercana como la lejana. La corrección suele requerir lentes con una prescripción específica para cada meridiano del ojo.
  • Hipermetropía mixta: implica la presencia de hipermetropía en un meridiano y miopía (visión borrosa a distancia) en el otro. La corrección puede ser más compleja, ya que se necesita ajustar el enfoque para dos tipos diferentes de error refractivo en el mismo ojo.
  • Hipermetropía congénita: está presente desde el nacimiento. Puede ser parte de una condición general que afecta la visión desde una edad temprana. En muchos casos, los niños con hipermetropía congénita pueden no mostrar síntomas evidentes, por lo que es crucial una evaluación ocular regular durante la infancia.
  • Hipermetropía adquirida: se desarrolla a lo largo de la vida, a menudo debido a cambios en la estructura del ojo relacionados con el envejecimiento o enfermedades. La hipermetropía adquirida puede ser el resultado de alteraciones en la curvatura de la córnea o en la longitud del ojo a medida que la persona envejece o experimenta otras condiciones de salud ocular.

Cada tipo de hipermetropía puede requerir diferentes enfoques para el tratamiento y la corrección, y la evaluación por un profesional oftalmólogo en una clínica de salud ocular es esencial para determinar la mejor solución para cada individuo.

 

Como ve una persona con hipermetropía

Una persona con hipermetropía experimenta dificultades al intentar ver objetos cercanos con claridad. Los síntomas pueden incluir visión borrosa, fatiga ocular, dolores de cabeza y la necesidad de entrecerrar los ojos para enfocar objetos cercanos.

Al mirar objetos distantes, la visión suele ser más clara, pero puede volverse borrosa o cansada después de períodos prolongados de uso visual cercano, como al leer o usar dispositivos electrónicos. La hipermetropía puede causar incomodidad y afecta a la calidad de vida si no se corrige adecuadamente.

 

La hipermetropía en niños

La hipermetropía en niños puede ser más difícil de detectar, ya que los síntomas pueden ser menos evidentes y los niños a menudo no se quejan de problemas visuales. Sin embargo, la hipermetropía no tratada en la infancia puede llevar a dificultades en el rendimiento escolar, problemas con la lectura y una mayor tendencia a desarrollar estrabismo y ojos desalineados.

Los padres, madres y maestros deben estar atentos a signos como la fatiga ocular, el entrecierre de los ojos o la falta de interés en actividades que requieren visión cercana. Dado que estos síntomas pueden ser sutiles, es crucial realizar pruebas periódicas en una clínica de oftalmología infantil para detectar cualquier problema visual a tiempo. La detección temprana es esencial para asegurar un desarrollo visual normal y prevenir problemas futuros.

Síntomas Hipermetropía

Los síntomas de la hipermetropía pueden variar en intensidad y no ser siempre evidentes, especialmente en etapas tempranas. Los signos más comunes incluyen:

  • Visión borrosa cercana. Las personas con hipermetropía a menudo experimentan dificultad para ver claramente objetos cercanos, como durante la lectura o al trabajar en una computadora. Los textos pueden parecer borrosos o difíciles de enfocar.
  • Fatiga ocular. El esfuerzo constante para enfocar objetos cercanos puede provocar cansancio ocular. Esto puede llevar a molestias y sensación de fatiga, especialmente después de actividades visuales prolongadas.
  • Dolores de cabeza. La tensión ocular y el esfuerzo por enfocar objetos cercanos pueden causar dolores de cabeza recurrentes. Estos dolores suelen estar relacionados con la necesidad de esfuerzo adicional para ver claramente.
  • Dificultades en la lectura. Las personas con hipermetropía pueden encontrar que tienen que alejarse de los textos o usar una iluminación especial para leer con claridad. En niños, esto puede traducirse en problemas con el rendimiento escolar.
  • Entrecierre de ojos: Para compensar la visión borrosa, los individuos con hipermetropía a menudo entrecierran los ojos para intentar enfocar mejor. Este gesto puede ser un indicio de problemas de visión.

 

Causas de la hipermetropía

La hipermetropía se produce debido a irregularidades en la forma del ojo que afectan la manera en que la luz se enfoca en la retina. Las causas principales incluyen:

  • Longitud del ojo, es la causa más común de la hipermetropía, es que el ojo es más corto de lo normal. Cuando el ojo es más corto, la luz se enfoca detrás de la retina en lugar de directamente sobre ella, lo que resulta en visión borrosa cercana.
  • Curvatura de la córnea insuficiente para refractar la luz correctamente hacia la retina. Si la curvatura es demasiado plana, no enfoca la luz de manera óptima.
  • La hipermetropía puede ser hereditaria, lo que significa que puede transmitirse de padres a hijos. Los antecedentes familiares de problemas de visión pueden aumentar el riesgo de desarrollar hipermetropía.
  • Cambios en la estructura ocular que pueden desarrollarse con la edad. La degeneración de las estructuras oculares, como la córnea o el cristalino, puede contribuir al desarrollo de esta afección.

Comprender estos síntomas y causas puede ayudar a reconocer la hipermetropía y buscar un tratamiento adecuado para corregir esta deficiencia visual. La evaluación y el diagnóstico por parte de un profesional oftalmólogo es esencial para gestionar esta condición de manera efectiva y mejorar la calidad de vida.

 

Relación de la hipermetropía con otras afecciones visuales

La hipermetropía puede interactuar con otras condiciones visuales. Entender cómo se relaciona con otras afecciones oculares es crucial para un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz.

Hipermetropía y miopía

La miopía y la hipermetropía son dos tipos de errores refractivos que afectan la capacidad de enfocar imágenes claramente, pero en direcciones opuestas. La miopía, o visión corta, se caracteriza por una dificultad para ver objetos lejanos claramente, ya que la luz se enfoca delante de la retina. En contraste, la hipermetropía hace que los objetos cercanos aparezcan borrosos porque la luz se enfoca detrás de la retina.

En algunos casos, una persona puede presentar ambos problemas refractivos simultáneamente, una condición conocida como miopía y hipermetropía combinadas. Esta combinación puede complicar el tratamiento y requiere una corrección óptica precisa para gestionar ambos errores refractivos simultáneamente.

 

Hipermetropía y astigmatismo

El astigmatismo es otro error refractivo que puede ocurrir junto con la hipermetropía. Se produce cuando la córnea tiene una curvatura irregular, causando que la luz se enfoque en múltiples puntos en la retina, resultando en una visión borrosa o distorsionada.

Cuando una persona tiene hipermetropía y astigmatismo, la combinación de estas condiciones puede hacer que la visión sea aún más imprecisa. El tratamiento generalmente implica el uso de gafas con lentes correctoras especializadas que combinan graduaciones para ambas afecciones, o en algunos casos, la cirugía refractiva corrige tanto el astigmatismo como la hipermetropía.

 

Hipermetropía y presbicia

La presbicia es una condición relacionada con la edad que afecta la capacidad de enfocar objetos cercanos debido al debilitamiento del músculo ciliar del ojo y la pérdida de elasticidad del cristalino. Esta afección se desarrolla generalmente después de los 40 años y puede ser más pronunciada en personas que ya tienen hipermetropía.

Para aquellos con hipermetropía y presbicia, la combinación puede resultar en una mayor dificultad para realizar tareas que requieren visión cercana, como leer o trabajar en un despacho. Los tratamientos pueden incluir el uso de gafas bifocales o progresivas, que proporcionan corrección para la visión de cerca y de lejos en una sola lente, o lentillas multifocales que abordan ambas necesidades visuales.

Tratamiento Hipermetropía

Las diferentes alternativas para curar la hipermetropía están diseñadas para corregir el enfoque de la luz en la retina, mejorando así la claridad visual para los objetos cercanos. Existen varias opciones disponibles, cada una adaptada a diferentes necesidades y preferencias de los pacientes. El objetivo es proporcionar una visión más nítida y cómoda, reduciendo los síntomas asociados con esta afección refractiva.

 

Como corregir la hipermetropía

Para corregir la hipermetropía, se utilizan principalmente soluciones ópticas y quirúrgicas. A continuación, se detallan las opciones más comunes:

Gafas de hipermetropía

Las gafas son una solución eficaz y ampliamente utilizada para la hipermetropía. Estas gafas están equipadas con lentes convexos, que son más gruesos en el centro y más delgados en los bordes. Las lentes convexas ayudan a redirigir la luz que entra en el ojo, permitiendo que se enfoque correctamente en la retina.

Las gafas correctoras de la hipermetropía permiten a los pacientes ver claramente los objetos cercanos y lejanos sin esfuerzo adicional. Las prescripciones de lentes se personalizan según la medida exacta de hipermetropía de cada individuo, lo que garantiza una corrección óptima.

Lentillas para hipermetropía

Las lentes de contacto también pueden ser una opción efectiva para corregir la hipermetropía. Las lentillas se colocan directamente sobre la córnea, proporcionando un campo de visión más amplio y sin los límites de las monturas de gafas. Las lentillas para hipermetropía tienen una curvatura convexa similar a las lentes de las gafas, pero pueden ofrecer una mayor comodidad y una estética más atractiva para quienes prefieren no usar gafas.

Existen varios tipos de lentes de contacto, incluyendo lentillas diarias, mensuales y lentes rígidos gas permeables, cada una con sus propias ventajas y desventajas.

 

¿Se puede operar la hipermetropía?

La cirugía refractiva para corregir la hipermetropía es una opción para aquellos que buscan una solución más permanente y no desean depender de gafas o lentillas. Los procedimientos quirúrgicos han avanzado significativamente y ofrecen una forma eficaz de tratar esta afección refractiva. Las opciones quirúrgicas incluyen:

  • Cirugía con láser como LASIK (Laser-Assisted In Situ Keratomileusis) y PRK (Queratectomía Fotorefractiva), son técnicas comunes para corregir la hipermetropía. Estos procedimientos utilizan láseres para remodelar la córnea, ajustando su curvatura para que la luz se enfoque correctamente en la retina. Las técnicas de láser son mínimamente invasivas y pueden ofrecer una recuperación rápida con mejoras significativas en la visión.
  • Implantación de lentes intraoculares en el ojo para corregir la hipermetropía. Estos lentes son similares a los que se utilizan en la cirugía de cataratas y se colocan dentro del ojo para ayudar a enfocar la luz correctamente en la retina. Esta opción puede ser adecuada para pacientes con hipermetropía severa o para aquellos que no son candidatos para la cirugía con láser.

¿A qué edad se puede operar la hipermetropía?

La cirugía para la corrección de la hipermetropía generalmente se realiza en adultos, ya que el ojo debe estar completamente desarrollado y la prescripción óptica debe ser estable durante un período prolongado. La mayoría de los cirujanos oftálmicos recomiendan que los pacientes tengan al menos 18 años para considerar la cirugía refractiva, aunque algunos adolescentes mayores pueden ser candidatos si su prescripción es estable y se cumplen otros criterios específicos.

La edad mínima puede variar según el tipo de procedimiento y las recomendaciones del especialista. Es fundamental realizar una evaluación completa en una clínica especializada en oftalmología para determinar la idoneidad para la cirugía y el momento más apropiado para llevar a cabo el tratamiento.

Resultados tras el tratamiento

Los resultados del tratamiento para corregir la hipermetropía pueden variar según el método elegido y las características individuales de cada paciente. Sin embargo, en general, los tratamientos suelen ofrecer mejoras significativas en la calidad de vida y en la visión.

  • Con gafas o lentillas. La corrección óptica a través de gafas o lentillas puede proporcionar una visión clara de los objetos cercanos y lejanos, eliminando los síntomas de borrosidad y fatiga ocular. Los pacientes suelen experimentar una mejora inmediata en su capacidad para leer, trabajar en el ordenador y realizar otras actividades visuales que requieren enfoque cercano. La adaptación a las gafas o lentillas es generalmente rápida, y los resultados suelen ser estables mientras se mantenga la prescripción adecuada.
  • Con cirugía refractiva. Los procedimientos quirúrgicos como LASIK, PRK o la implantación de lentes intraoculares pueden ofrecer una solución a largo plazo para la hipermetropía. Los pacientes que se someten a cirugía refractiva a menudo reportan una mejora notable en la visión, con una reducción significativa o eliminación de la necesidad de gafas o lentillas. La mayoría de los pacientes experimenta una recuperación rápida, con mejoras visibles en la visión dentro de unos pocos días a semanas.

 

Seguimiento y ajustes

Después de iniciar cualquier tratamiento para corregir la hipermetropía, es crucial asistir a las consultas de seguimiento programadas con el oftalmólogo. Durante estas visitas, el médico evaluará la eficacia del tratamiento, realizará exámenes visuales para verificar la corrección y abordará cualquier preocupación que pueda surgir. Las consultas de seguimiento permiten monitorear la recuperación y asegurar que la visión esté mejorando como se espera.

En algunos casos, especialmente con gafas o lentillas, puede ser necesario ajustar la graduación con el tiempo. Los cambios en la visión pueden ocurrir debido a variaciones en la refracción o al desarrollo de otras condiciones oculares. Los ajustes en la graduación de las lentes, aseguran que la corrección óptica siga siendo adecuada para las necesidades visuales del paciente.

Para quienes se han sometido a cirugía refractiva, las evaluaciones periódicas pueden ser necesarias para revisar el estado de la córnea y asegurarse de que la corrección sea estable. Los oftalmólogos pueden realizar pruebas adicionales para evaluar la salud ocular y la efectividad del procedimiento.

El control continuo y los ajustes adecuados son fundamentales para mantener una visión clara y confortable a lo largo del tiempo, asegurando que el tratamiento de la hipermetropía continúe satisfaciendo las necesidades visuales del paciente.

Oftalmólogo especialista

Dr. José Isidro Belda

Dr. Enrique Chipont

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