La obstrucción lagrimal en bebés: ¿Cómo actuar?

La obstrucción del conducto lagrimal en bebés, también conocida como dacriostenosis congénita, es una condición común en recién nacidos.  Esto ocurre cuando el conducto lagrimal, el tubo que drena las lágrimas desde el ojo hasta la nariz, está parcial o completamente obstruido.

Como resultado, las lágrimas no pueden drenar adecuadamente desde el ojo hacia la nariz, lo que puede causar síntomas como lagrimeo excesivo, enrojecimiento ocular y secreción mucosa.

Alrededor del 5 al 10% de los recién nacidos presentan una insuficiente formación de la válvula de Hasner, un pliegue en el extremo del conducto lagrimal que no se abre completamente, lo que dificulta el drenaje adecuado de las lágrimas hacia la nariz. Sin embargo, en el 90% de los casos, este problema se resuelve de manera natural durante el primer año de vida del bebé.

Pero, ¿y en el 10% restante? ¿Cómo se trata? En este artículo analizaremos esta patología tan común en los recién nacidos. ¡Esperemos que os sirva de utilidad!

¿Cuáles son los principales síntomas de un bebé con el lagrimal obstruido?

Los principales síntomas de un bebé con el conducto lagrimal obstruido pueden incluir:

  • Lagrimeo excesivo: El bebé puede tener lágrimas constantes, incluso sin motivo aparente.

  • Enrojecimiento ocular: Los ojos del bebé pueden aparecer rojos o irritados debido a la acumulación de lágrimas.

  • Secreción mucosa: Puede notarse una secreción mucosa o pegajosa alrededor del ojo del bebé, especialmente después de dormir.

  • Irritabilidad: El bebé puede estar más irritable o incómodo debido a la irritación causada por la obstrucción del conducto lagrimal.

  • Infecciones recurrentes: La obstrucción del conducto lagrimal puede predisponer al bebé a desarrollar infecciones oculares recurrentes, como la conjuntivitis.

¿Por qué se obstruyen las vías lagrimales de un recién nacido?

Desarrollo anormal

En algunos casos, el conducto lagrimal y otras partes del sistema de drenaje lagrimal no se desarrollan completamente durante el desarrollo fetal, lo que puede llevar a obstrucciones congénitas.

Bloqueo mecánico

Puede haber obstrucciones físicas en el conducto lagrimal, como membranas delgadas o tejido fibroso que bloquean parcial o totalmente el paso de las lágrimas.

Infección

Las infecciones oculares, como la conjuntivitis, pueden causar inflamación en el área del conducto lagrimal, lo que puede resultar en una obstrucción temporal o parcial.

Anomalías anatómicas

Algunos bebés pueden tener anomalías estructurales en las vías lagrimales que predisponen a la obstrucción, como conductos lagrimales estrechos o anormalidades en la forma de la válvula de Hasner.

Acumulación de material

Durante el parto o poco después, es posible que se acumule material, como moco o líquido amniótico, en las vías lagrimales, lo que puede contribuir a la obstrucción.

Tratamiento para el lagrimal obstruido en recién nacidos

La mayoría de las obstrucciones del conducto lagrimal en bebés se resuelven de manera natural durante los primeros meses de vida, y una gran proporción de casos se curan con un enfoque de tratamiento conservador dentro del primer año de vida, conocido como «masaje hidrostático». 

¿En qué consiste el masaje para la obstrucción lagrimal en bebes?

Consiste en colocar el dedo índice en el borde interno del ojo y aplicar presión, desplazando hacia la nariz. Se recomienda realizar este masaje varias veces al día.

Pero, ¿y si el masaje no resulta efectivo y el recién nacido sigue mostrando síntomas de un lagrimal obstruido?

En estos casos, se le realizará un sondaje en el conducto lagrimal en un quirófano bajo sedación. Durante este procedimiento, se dilata el punto lagrimal e introduce una sonda delgada más allá de la obstrucción.  

Muchos muchos oftalmólogos preferimos esperar hasta que el bebé tenga al menos doce meses, debido a la alta tasa de resolución espontánea. Sin embargo, en casos de obstrucciones graves o recurrentes, la intervención puede ser necesaria antes.

¿Se puede prevenir el lagrimal obstruido en bebés?

No existe una forma garantizada de prevenir por completo la obstrucción del conducto lagrimal en bebés, ya que en muchos casos es una condición congénita o puede estar relacionada con el desarrollo anormal de las vías lagrimales. Sin embargo, hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo o la gravedad de la obstrucción:

  • Limpieza adecuada: Mantener el área alrededor de los ojos del bebé limpia y libre de secreciones puede ayudar a prevenir la acumulación de materiales que podrían contribuir a la obstrucción del conducto.

  • Evitar la exposición al humo del tabaco: La exposición al humo del tabaco puede aumentar el riesgo de irritación y obstrucción de las vías lagrimales en los bebés.

  • Masajes suaves: Realizar masajes suaves sobre el área del saco lagrimal del bebé puede ayudar a promover la apertura y el drenaje adecuado del conducto lagrimal.
  • Revisiones médicas oportunas: Si se sospecha de obstrucción del conducto lagrimal en un bebé, es importante consultar a un pediatra u oftalmólogo lo antes posible para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

En Oftálica, contamos con una plantilla médica especialista en oftalmología infantil que ayudará a tus pequeños a cuidar de su vista siempre buscando la mejor solución. 

¡Te esperamos! 

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