El colirio es uno de los tratamientos más versátiles en el sector de la oftalmología. Sirve para dar solución a muchas patologías, desde aliviar la sequedad ocular, hasta otras enfermedades más graves como el glaucoma. Sin embargo, a pesar de su popularidad, muchos pacientes no conocen realmente cuál es su utilidad y la forma correcta de aplicarlo.
Los colirios juegan un papel clave en la salud visual. Por ello, los profesionales de una clínica oftalmológica suelen recetarlo. Pero, ¿cuándo se recomienda su uso? Descubre la respuesta en este artículo.
¿Qué es un colirio?
El colirio es una solución líquida estéril destinada a ser administrada directamente en el ojo mediante gotas. Se utiliza tanto tratamiento para ojos secos, como para patologías más graves que veremos a continuación.
Su aplicación permite una acción rápida y localizada al caer de forma precisa las gotas sobre nuestros ojos, convirtiéndolo en uno de los recursos fundamentales en la oftalmología actual.
¿Cómo actúa en los ojos?
Al tener un pico dosificador, el colirio actúa en la superficie ocular o en las estructuras internas en el ojo de manera precisa, mejorando la eficiencia del tratamiento y reduciendo los efectos sistémicos.
Las funciones del colirio es hidratar, desinflamar, combatir infecciones o controlar la presión intraocular, entre otras.
Principales usos del colirio en oftalmología
Como ya hemos comentado antes, el colirio es un tratamiento versátil que se puede utilizar en diferentes casos:
Hidratación y alivio de la sequedad ocular
Su principal función es hidratar. Por ello, es uno de los mejores tratamientos para aquellas personas que presentan sequedad ocular. Esta condición afecta aproximadamente al 30% de la población, especialmente en adultos mayores, usuarios de pantallas y personas expuestas a ambientes secos o con aire acondicionado.
Antibiótico o antiviral
Los colirios antibióticos son esenciales para tratar infecciones bacterianas como la conjuntivitis o las úlceras corneales. En el caso de infecciones virales, como el herpes ocular, se utilizan colirios antivirales.
Antiinflamatorio o analgésico
El colirio también se utiliza como cuidado postoperatorio tras una cirugía para reducir la inflamación y el dolor.
Antialérgico
La conjuntivitis alérgica afecta a entre el 15% y 20% de la población, especialmente en los meses de primavera. Los colirios ayudan a aliviar el picor y a reducir el lagrimeo o el enrojecimiento ocular.
Para el glaucoma
Una de las principales causas de la ceguera en el mundo es el glaucoma. Más de 70 millones de personas la padecen y los colirios betabloqueantes o prostaglandinas ayudan a reducir la presión intraocular y prevenir el daño al nervio óptico.
Dilatación o contracción pupilar
Los colirios también se utilizan como «herramientas» en algunas pruebas oftalmológicas. Algunos colirios provocan la dilatación (midriáticos) o contracción (mióticos) de la pupila.
Para pruebas oftalmológicas
Para facilitar la prueba y reducir el posible dolor o malestar que le puede causar al paciente, se utilizan una serie de coloriros con una propiedad anestésica o dilatadora para mejorar la comodidad de la persona.
Como tratamientos específicos
Los colirios también sirven para tratar algunas patologías en específico:
- Degeneración macular,
- Ojo seco severo autoinmune (síndrome de Sjögren)
Tipos de colirio según su formulación
Podemos encontrar diferentes tipos de colirios en el mercado. Cada uno tiene una función específica:
Con conservantes o sin conservantes
Los colirios con conservantes tienen mayor durabilidad tras su apertura, pero pueden causar irritación si se usan con frecuencia.
Los colirios sin conservantes, en cambio, son más seguros para ojos sensibles o en tratamientos prolongados.
Monodosis o multidosis
Los colirios monodosis están indicados para pacientes que tienen que tratarse su patología de forma breve y con máxima esterilidad.
En cambio, los multidosis son más económicos y están pensados para tratamientos más largos.
Gelificados o líquidos
Los colirios gelificados tienen una mayor permanencia en la superficie ocular, lo que permite espaciar las aplicaciones. Son recomendables en casos de sequedad ocular grave o para uso nocturno.
¿Cómo aplicar correctamente un colirio?
No se puede utilizar el colirio así porque sí. Tiene que ir recetado por un médico y saber aplicarlo correctamente.
Frecuencia y cantidad adecuada
Es fundamental seguir la indicación médica. En general, se recomienda aplicar una gota por toma, separando varios minutos entre diferentes colirios si se usan varios a la vez. Aplicar más cantidad no mejora el efecto y puede aumentar los efectos adversos.
Efectos secundarios y precauciones de uso
Algunos de los efectos secundarios que pueden tener los colirios son:
- Irritación o visión borrosa temporal, justo después de aplicarlo.
- Enmascarar enfermedades o generar resistencia en caso de antibióticos si se utiliza de forma prolongada y sin control.
- Riesgo de contagios o infecciones cruzadas si se comparte el mismo colirio.
- Algunos pacientes pueden presentar alergias a componentes del colirio, como los conservantes o el principio activo.
Para evitar todos estos efectos es importante:
- Conservar el colirio en un lugar fresco y alejado de la luz directa.
- Evitar llegar a la fecha de caducidad. Es importante desecharlo después de 30 días desde su apertura.
- No compartir el colirio.
¿Cuándo consultar al oftalmólogo?
Es importante acudir a un oftalmólogo si los síntomas no mejoran tras unos días de tratamiento o si se presenta un dolor intenso en el ojo.
También se recomienda acudir a una clínica oftalmológica se hay pérdida de visión o una secreción abundante.
En Oftálica llevamos más de 20 años cuidando de la vista de nuestros pacientes. Ponte en las mejores manos y encontraremos el tratamiento que más se ajuste a tus necesidades.
No dejes de hacer aquello que más te gusta