La miopía en niños es un problema de visión cada vez más común y preocupante, afectando su capacidad para ver claramente objetos lejanos y, por tanto, su rendimiento escolar y actividades cotidianas.
De hecho, el Barómetro de la Miopía en España 2023 revela un aumento del 17,8% en la miopía infantil en los últimos seis años, lo que significa que uno de cada cinco niños en edad escolar en España sufre de esta condición. Este crecimiento ha motivado a oftalmólogos pediátricos a implementar los mejores tratamientos para ayudar a los niños a tener un desarrollo visual saludable durante la infancia y la adolescencia.
Detectar la miopía a una edad temprana permite aplicar estrategias efectivas para controlar su progresión. Afortunadamente, existen métodos que ayudan a ralentizar el avance de esta afección y a mejorar la calidad de vida del niño. Para ello, es crucial que padres y madres estén atentos a señales como entrecerrar los ojos, acercarse demasiado a los objetos o quejarse de dolores de cabeza. La detección temprana y los exámenes oculares regulares facilitan un diagnóstico precoz y permiten aplicar tratamientos adecuados.
La miopía en los más pequeños presenta diferentes síntomas y puede desarrollarse a distintas edades. En las siguientes secciones, exploraremos en detalle las respuestas a estas preguntas y las opciones disponibles para un mejor manejo de esta condición.
¿Qué es la miopía infantil?
La miopía infantil es un error refractivo que generalmente comienza a desarrollarse entre los 6 y 12 años, afectando la capacidad para ver claramente objetos lejanos. Esta condición se debe a que el ojo es más largo de lo normal o porque la córnea tiene demasiada curvatura, lo que provoca que la luz se enfoque delante de la retina en lugar de hacerlo directamente sobre ella.
Como resultado, los niños con miopía ven nítidamente de cerca, pero los objetos distantes, como una pizarra o señales de tráfico, se ven borrosos, afectando su rendimiento académico y social si no se corrige.
¿Por qué aumentan las dioptrías en un niño conforme pasan los años?
El aumento de dioptrías en niños suele ser más marcado entre los 6 y los 12 años, ya que el ojo aún está en desarrollo y el crecimiento del globo ocular es más rápido. Sin embargo, algunos niños empiezan a desarrollar miopía más tarde, a partir de los 14 años.
Esto puede deberse a factores genéticos o a cambios en los hábitos visuales, como un aumento en la carga de estudios y el tiempo frente a pantallas en la adolescencia, que exige una mayor cantidad de tareas de enfoque cercano, favoreciendo el desarrollo de la miopía.
Durante la adolescencia, el crecimiento ocular continúa, aunque se ralentiza hacia los 18 años, momento en que el desarrollo del ojo suele completarse y, con él, el aumento de las dioptrías también tiende a estabilizarse.
La detección temprana y revisiones periódicas de la vista ayudan a controlar este proceso, permitiendo el uso de lentes o tratamientos específicos, como la ortoqueratología o el tratamiento con atropina, que reducen el progreso de la miopía.
Causas de la miopía en niños
La miopía en niños es una condición visual que puede tener su origen en una combinación de factores. En los últimos años, se ha observado un aumento en los casos de miopía infantil, lo que ha llevado a investigadores y profesionales de la salud visual a estudiar las causas con mayor profundidad.
Factores genéticos
La predisposición genética es uno de los principales factores en el desarrollo de la miopía en niños. Si uno de los padres es miope, el niño tiene un mayor riesgo de desarrollar miopía, y este riesgo aumenta significativamente si ambos padres son miopes.
La genética influye en la forma y estructura del ojo, lo que puede predisponer a un crecimiento excesivo del globo ocular, característico de la miopía. Aunque no todos los niños con padres miopes desarrollarán esta condición, la predisposición familiar sigue siendo un indicador importante que requiere monitoreo.
Factores ambientales
Las causas ambientales juegan un papel clave en el aumento de la miopía infantil en los últimos años. La exposición prolongada a pantallas y la lectura o actividades que requieren enfoque cercano, como los videojuegos o el uso de dispositivos móviles, han sido señaladas como desencadenantes de la progresión de la miopía. Estas actividades limitan la exposición a la luz natural y aumentan la fatiga ocular, lo que puede influir en el crecimiento del globo ocular.
Por otro lado, el ocio al aire libre se considera un factor protector contra la miopía. La luz natural y la estimulación visual a largas distancias ayudan a reducir la progresión de la miopía en niños. Los estudios sugieren que el tiempo diario al aire libre promueve la liberación de dopamina en la retina, una sustancia que ayuda a frenar el alargamiento excesivo del ojo.
Factores de salud ocular
Algunas condiciones como el ojo seco o la inflamación, pueden contribuir indirectamente al desarrollo de la miopía en niños. La fatiga visual causada por estos problemas puede afectar la acomodación y el enfoque del ojo, lo que a su vez puede predisponer al crecimiento anormal del globo ocular, característico de la miopía.
Además, ciertos problemas oculares sin tratamiento pueden agravar los síntomas, haciendo que el niño adapte posturas visuales que empeoran la visión a distancia.
Déficit de vitaminas
El déficit de vitaminas y nutrientes esenciales también puede influir en el desarrollo de la miopía. Nutrientes como la vitamina A y el zinc son vitales para la salud ocular, ya que ayudan a mantener la retina y otras estructuras del ojo en buen estado. La carencia prolongada de estos nutrientes puede afectar el desarrollo visual adecuado, sobre todo en etapas de crecimiento.
Una dieta equilibrada rica en nutrientes esenciales es clave para evitar que problemas refractivos, como la miopía, se desarrollen o progresen más rápidamente.
Factores conductuales
Especialmente aquellos relacionados con la carga académica y el estrés visual, también pueden influir en la progresión de la miopía. La presión por el rendimiento escolar y el tiempo excesivo dedicado a actividades de enfoque cercano, como la lectura y el uso de dispositivos, aumenta la fatiga visual en niños. Este esfuerzo continuo puede llevar a una adaptación anómala del ojo, favoreciendo el aumento de dioptrías.
Es importante encontrar un equilibrio entre el tiempo de estudio y actividades al aire libre para ayudar a reducir estos efectos.
Síntomas de la miopía infantil
La miopía en niños puede manifestarse con una serie de síntomas que, si se identifican a tiempo, permiten a los padres buscar atención oftalmológica y evitar que esta condición afecte su desarrollo visual y académico.
Los síntomas de la miopía infantil suelen ser sutiles al inicio, pero pueden influir significativamente en la vida cotidiana y el aprendizaje del niño si no se corrigen.
Señales de advertencia para las familias
Los padres y las madres pueden detectar posibles problemas de visión en sus hijos al observar algunos de estos comportamientos:
- Entrecerrar los ojos al mirar objetos lejanos.
- Dolores de cabeza frecuentes después de actividades visuales.
- Dificultad para ver o leer a distancia, como en el caso de la pizarra en clase.
- Frotarse los ojos con frecuencia por la tensión visual.
- Acercarse mucho a los objetos para verlos mejor, especialmente libros o pantallas.
Estos comportamientos indican que el niño podría tener problemas para ver claramente y podría beneficiarse de una evaluación oftalmológica.
Impacto en el rendimiento escolar
La miopía puede tener un impacto considerable en el rendimiento académico de los niños. La dificultad para ver de lejos puede hacer que no perciban claramente el contenido de la pizarra o proyecciones en clase, lo que dificulta su concentración y comprensión del material.
Esto puede llevar a una disminución en el interés y la motivación por aprender, afectando directamente su rendimiento escolar. Detectar la miopía a tiempo y corregirla adecuadamente también les ayuda a alcanzar su potencial académico en un entorno de aprendizaje sin barreras visuales.
Tratamientos para la miopía en niños
Existen varias opciones de tratamiento para la miopía infantil, cada una adaptada a sus necesidades y etapa de crecimiento. A continuación, exploramos cada una de estas opciones en detalle.
Gafas
El uso de gafas es el método más común y seguro para corregir la miopía en niños. Las gafas ofrecen la ventaja de ser fáciles de manejar, seguras, y no requieren contacto directo con el ojo, lo que es ideal para los más pequeños.
Sin embargo, pueden tener algunas limitaciones, como la incomodidad al practicar ciertos deportes y el riesgo de perder o dañar las lentes. A pesar de estas limitaciones, las gafas siguen siendo la opción de primera elección para la mayoría de los niños miopes.
Lentillas para la miopía en niños
A medida que los niños crecen, las lentes de contacto pueden convertirse en una alternativa viable, especialmente en niños mayores y adolescentes. Las lentes de contacto permiten una visión periférica clara, lo cual puede ser beneficioso en actividades deportivas o en situaciones donde las gafas resultan incómodas.
Sin embargo, las lentillas requieren una mayor responsabilidad en cuanto a higiene y cuidado para evitar infecciones oculares. La transición a lentes de contacto depende de la madurez del niño y de la supervisión de un oftalmólogo.
Control de la progresión de la miopía
En los últimos años, han surgido métodos efectivos para ralentizar la progresión de la miopía. Uno de ellos es el uso de gotas de atropina en baja concentración, que reducen la velocidad del aumento de dioptrías.
Otra opción es la ortoqueratología (orto-k), que utiliza lentes especiales durante la noche para moldear temporalmente la córnea y reducir la miopía durante el día. La intervención temprana con estos tratamientos es fundamental para prevenir el empeoramiento de la miopía en el futuro y minimizar los riesgos asociados con niveles altos de miopía.
Cirugía refractiva en niños
La cirugía refractiva no es una opción común en menores debido a que el ojo aún está en desarrollo, lo que podría hacer que los resultados sean menos predecibles y duraderos. La cirugía se recomienda únicamente en casos excepcionales y después de una evaluación detallada del oftalmólogo.
Hasta alcanzar la edad adulta, cuando el crecimiento ocular se estabiliza, las gafas, lentes de contacto y tratamientos para el control de la progresión son las mejores opciones para mantener la salud visual del niño.
Consejos para prevenir la miopía en niños
Prevenir la miopía infantil es esencial para garantizar un desarrollo visual saludable y evitar complicaciones futuras. Existen diversas estrategias que ayudan a reducir el riesgo de miopía o a frenar su avance
- Actividades al aire libre
Pasar tiempo al aire libre tiene un impacto positivo en la salud ocular de los niños. La exposición a la luz natural ayuda a frenar el crecimiento del ojo, reduciendo el riesgo de desarrollar o empeorar la miopía.
Los estudios sugieren que los niños deben pasar al menos entre una y dos horas al aire libre cada día, ya sea jugando o realizando actividades recreativas. Este tiempo no solo mejora su bienestar visual, sino que también promueve un estilo de vida saludable.
- Hábitos visuales saludables
Fomentar hábitos visuales saludables es fundamental para proteger la vista de los niños. Reducir la fatiga ocular al limitar el uso de dispositivos electrónicos y enseñarles a mantener una distancia adecuada al leer o estudiar es clave.
Los descansos visuales cada 20 minutos, enfocar la vista en objetos lejanos y utilizar una buena iluminación al realizar tareas cercanas ayudan a aliviar la tensión ocular y prevenir el desarrollo de la miopía.
- Revisiones oftalmológicas frecuentes
Las revisiones oftalmológicas regulares son esenciales para detectar cualquier problema visual en los niños a tiempo. Realizar exámenes anuales o semestrales permite monitorear la salud ocular y, en caso de detectar una progresión en la miopía, aplicar medidas de control y corrección adecuadas.
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Preguntas frecuentes sobre la miopía infantil
¿Cuándo se recomienda hacer un examen visual en los niños?
- En los primeros 15 días: Examinar fondo del ojo y ángulo con RETCAM para patologías congénitas.
- Durante el primer mes: Detectar enfermedades graves y malformaciones.
- A los 7 meses: Diagnóstico de estrabismo.
- A los 18 meses: Evaluar agudeza visual, defectos refractivos y ambliopía.
- Cada 2 años hasta los 12 años: Revisión ocular para detectar y corregir miopía, hipermetropía y astigmatismo.
¿La miopía infantil puede desarrollar otras patologías si no se trata?
Sí, la miopía infantil no tratada puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertas patologías oculares en el futuro, como la degeneración macular, el desprendimiento de retina o el glaucoma.
¿Se puede evitar la miopía infantil?
Aunque no se puede prevenir completamente la miopía en niños, hay formas de reducir su riesgo y controlar su progresión:
- Exámenes oculares regulares para detectar la miopía temprano.
- Pasar tiempo al aire libre.
- Descansos visuales y limitar el tiempo de pantalla.
- Inculcar buenos hábitos de lectura.
- Corregir la miopía con gafas, lentes de contacto u otros tratamientos según lo recomendado por un profesional de la salud ocular.
¿A qué edad se estabiliza la miopía?
La miopía tiende a estabilizarse al final de la adolescencia o al comienzo de la edad adulta, con la mayoría de las personas experimentando un cese en su progresión entre los 20 y los 25 años. Sin embargo, la estabilidad puede variar según factores genéticos y ambientales.