Estrabismo en bebés

Estrabismo en bebés y recién nacido

El estrabismo en bebés es una de las preocupaciones más comunes entre las madres y padres durante los primeros meses de vida.

Observar que un ojo se desvía hacia adentro o hacia afuera puede generar dudas sobre si se trata de un problema real o simplemente de un falso estrabismo en bebés, una condición visual que simula una desviación ocular sin que esta exista.

Es importante entender que la coordinación ocular del recién nacido aún está madurando y por eso, cómo saber si el bebé tiene estrabismo o no se convierte en una pregunta fundamental durante esta etapa del desarrollo. Ya que detectarlo a tiempo permite corregir la desviación de forma más eficaz y evitar complicaciones futuras.

El falso estrabismo en bebés

En los primeros meses de vida, muchas familias observan que su bebé parece desviar los ojos hacia adentro, especialmente cuando fija la mirada o mira hacia los lados. Esta situación genera preocupación, pero en muchos casos se trata de un falso estrabismo en bebés, también conocido como pseudoestrabismo.

No implica ninguna alteración real en la alineación ocular, sino que es una ilusión óptica causada por la forma de la cara y el puente nasal aún poco desarrollado.

El pliegue de piel que cubre la parte interna de los ojos puede ocultar parcialmente el globo ocular, haciendo que parezca que uno de los ojos se desvía. A medida que el bebé crece y su rostro se desarrolla, esta falsa impresión suele desaparecer de forma natural sin necesidad de tratamiento.

¿Es normal que un recién nacido desvíe los ojos?

, durante las primeras semanas de vida es completamente normal que los recién nacidos desvíen los ojos de forma ocasional. El sistema visual del bebé aún está inmaduro, y los músculos oculomotores todavía no trabajan de forma coordinada. Este desajuste puede causar movimientos oculares erráticos, falta de enfoque o incluso cruces esporádicos de los ojos.

Estos episodios suelen resolverse de manera espontánea durante los primeros 4 a 6 meses. Sin embargo, si la desviación es constante, afecta siempre al mismo ojo o persiste más allá de los 6 meses, es importante consultar con un oftalmólogo pediátrico para descartar la presencia de un estrabismo real.

¿A qué edad se puede diagnosticar con certeza?

El diagnóstico del estrabismo en bebés puede realizarse con mayor precisión a partir de los 6 o 7 meses de edad, cuando el desarrollo visual ya permite valorar la alineación ocular y la fijación visual con mayor fiabilidad. En esta etapa, si persiste una desviación constante, ya no es atribuible al proceso natural de maduración y debe ser evaluada por un especialista.

En Oftálica, recomendamos realizar una primera revisión oftalmológica entre los 6 y 12 meses, especialmente si existen antecedentes familiares, síntomas persistentes o dudas por parte de los padres. Un diagnóstico precoz es clave para aplicar el tratamiento adecuado y favorecer el correcto desarrollo visual del niño.

Causas del estrabismo en recién nacidos

Conocer el origen ayuda a diferenciar cuándo se trata de una fase transitoria o de una desviación real que debe ser corregida. A continuación, repasamos las causas más frecuentes:

Inmadurez visual

Durante los primeros meses de vida, el sistema visual del bebé aún está en formación. Los músculos que controlan el movimiento ocular no están completamente coordinados, lo que puede provocar que uno o ambos ojos se desvíen momentáneamente. Esta inmadurez visual es una causa común de desviaciones oculares transitorias, especialmente en los recién nacidos, y no suele representar un estrabismo real.

Este tipo de desalineación tiende a desaparecer de forma natural conforme el bebé gana control motor y mejora su enfoque visual.

Alteraciones musculares u oculares

En algunos casos, la desviación ocular se produce por anomalías en los músculos extraoculares, encargados de mover el globo ocular. Estas alteraciones pueden hacer que uno de los ojos no tenga la fuerza o la movilidad necesarias para alinearse correctamente con el otro. También pueden deberse a problemas estructurales en el ojo, como cataratas congénitas u opacidades que interfieren con la visión.

Estas causas requieren un diagnóstico profesional para valorar la magnitud del problema y aplicar el tratamiento adecuado lo antes posible.

Antecedentes familiares

La herencia genética es un factor importante en muchos casos de estrabismo infantil. Si uno o ambos progenitores han tenido estrabismo, o si hay antecedentes en hermanos u otros familiares cercanos, el riesgo de que el bebé también lo desarrolle es mayor. Este componente hereditario puede manifestarse incluso en bebés que no presenten inicialmente ningún otro problema ocular.

¿Cómo saber si mi bebé tiene estrabismo?

Detectar el estrabismo en un recién nacido puede ser complicado en los primeros meses de vida, ya que algunas desviaciones oculares son normales debido a la inmadurez visual. Sin embargo, existen signos de alerta y momentos clave en los que es fundamental observar con atención y consultar al oftalmólogo infantil si surgen dudas.

Algunos síntomas pueden indicar la presencia de estrabismo real y no deben pasarse por alto:

  • Desviación constante de uno de los ojos (hacia adentro, afuera, arriba o abajo) más allá de los 6 meses.
  • El ojo desviado siempre es el mismo y no se alterna con el otro.
  • El bebé inclina o gira la cabeza para fijar la vista.
  • Parpadeo excesivo o frotarse los ojos con frecuencia.
  • Ausencia de contacto visual sostenido o dificultades para seguir objetos con la mirada.

Si observas uno o varios de estos signos, y persiste pasados los 6 meses, es importante acudir a una revisión oftalmológica para descartar un estrabismo verdadero.

Importancia del diagnóstico precoz

Un diagnóstico temprano permite intervenir a tiempo para corregir la desviación ocular y evitar complicaciones como la ambliopía (ojo vago) o la pérdida de visión binocular. Cuanto antes se detecte el problema, mayor será la eficacia de los tratamientos.

La primera revisión oftalmológica recomendada suele realizarse entre los 6 y 7 meses. A partir de esta edad, el sistema visual del bebé ha alcanzado un nivel suficiente de madurez para permitir una valoración fiable de la alineación ocular, el enfoque y la capacidad de seguimiento visual. Esta revisión es especialmente importante si hay antecedentes familiares de estrabismo o si los padres han notado alguna desviación persistente.

Durante la revisión, el oftalmólogo pediátrico realiza una serie de pruebas adaptadas a la edad del bebé. Algunas de las más habituales son:

  • Prueba de reflejo corneal (test de Hirschberg): para valorar si los ojos están correctamente alineados observando el reflejo de luz en la córnea.
  • Cover test (prueba de oclusión): se tapa uno de los ojos para ver si el otro realiza un movimiento de corrección.
  • Valoración de la motilidad ocular: se analiza cómo se mueven ambos ojos y si siguen objetos de forma coordinada.
  • Examen con retinoscopio: en caso de sospecha de defectos refractivos.

Estas pruebas no son dolorosas ni invasivas, y permiten al especialista determinar si se trata de un falso estrabismo o de una desviación ocular real que debe ser tratada. Un diagnóstico precoz es la base para una buena evolución visual.

¿Se puede corregir el estrabismo en bebés?

Gracias a la plasticidad del sistema visual en los primeros años de vida, muchos casos pueden resolverse sin necesidad de cirugía, solo con medidas conservadoras y un seguimiento riguroso por parte del oftalmólogo infantil. La clave está en actuar antes de que se produzca una pérdida visual permanente.

Tratamientos posibles en edad temprana

Los tratamientos más utilizados en bebés con estrabismo dependen del tipo y la causa de la desviación. Entre las opciones más comunes encontramos:

  • Corrección óptica con gafas, en casos donde el estrabismo está asociado a defectos refractivos como la hipermetropía.
  • Parches oculares, cuando el ojo desviado presenta pérdida de agudeza visual (ambliopía). El objetivo es forzar el uso del ojo afectado.
  • Terapia visual específica, con ejercicios adaptados a la edad del bebé, en casos leves y siempre bajo supervisión profesional.

En muchos casos, estas medidas son suficientes para corregir o mejorar significativamente la desviación sin recurrir a intervenciones más invasivas.

Ejercicios, gafas y seguimiento evolutivo

La mayoría de los tratamientos en bebés requieren constancia y supervisión. El uso de gafas es habitual en niños con estrabismo acomodativo, y suele aportar buenos resultados incluso en edades muy tempranas. Cuando se combina con ejercicios visuales básicos —realizados en consulta o recomendados para casa— el progreso puede ser notable.

El seguimiento periódico permite ajustar el tratamiento según la evolución, cambiando la graduación de las gafas, adaptando el uso del parche o reevaluando la alineación ocular. Cada bebé responde de forma distinta, por lo que el plan terapéutico debe ser personalizado y revisado regularmente.

¿Cuándo se considera la cirugía?

Se reserva para casos donde el estrabismo persiste pese a los tratamientos conservadores. Suele indicarse entre los 2 y 4 años, cuando la desviación es estable y suficientemente importante como para interferir con la visión binocular o afectar al desarrollo visual del niño.

El procedimiento quirúrgico consiste en ajustar la posición de los músculos oculares, mejorando así la alineación de los ojos. En Oftálica, nuestros especialistas valoran cuidadosamente cada caso antes de recomendar una intervención, priorizando siempre tratamientos menos invasivos cuando es posible.

Oftalmólogos pediátricos en Alicante

Sabemos lo importante que es detectar cualquier alteración visual desde los primeros meses de vida, por eso recomendamos realizar una primera revisión oftalmológica antes del primer año.

La detección precoz del estrabismo en bebés permite iniciar tratamientos tempranos y menos invasivos, evitando consecuencias a largo plazo como el ojo vago o la pérdida de visión binocular. En Oftálica realizamos exploraciones adaptadas a la edad del bebé, en un entorno seguro, tranquilo y con la máxima atención personalizada.

Pide cita con nuestros especialistas en visión infantil y asegúrate de que su desarrollo visual evolucione con normalidad desde el primer año de vida.

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