El bótox puede corregir el estrabismo hasta en un 70 % de los casos sin cirugía

El doctor Enrique Chipont, director médico y especialista en oftalmología Pediátrica y Estrabismo de Oftálica ha señalado que, “el botox o inyección de toxina botulínica tiene como finalidad la corrección total o parcial del estrabismo pudiendo corregirlo hasta en un 70% de los casossobre todo cuando se habla de estrabismo infantil y concretamente de estrabismo horizontal, se consigue evitar la cirugía. El éxito del tratamiento del estrabismo con la toxina botulínica dependerá de que este se realice de la forma más precoz posible.

El estrabismo puede definirse como aquella situación en la que no existe paralelismo en los movimientos oculares. En algún momento o posición de la mirada de los ojos no están alineados. Esta situación puede presentarse tanto en niños como en adultos, pero son generalmente los niños los que lo padecen con más frecuencia, de ahí que siempre se encuentre asociado a la oftalmología pediátrica.

Esta toxina posee la capacidad de producir parálisis muscular y su uso se ha extendido en el ámbito médico y en áreas como la medicina plástica y estética. En el caso de la oftalmología, el médico especializado en estrabismo inyecta la toxina en uno o varios de los músculos oculomotores con el fin de paralizarlos y conseguir que la desviación disminuya e incluso desaparezca.  El doctor Chipont explica que, “cuando el tratamiento se aplica en niños, en muchas ocasiones, el médico emplea anestesia general para evitar movimientos involuntarios de los niños”. 

En casos infantiles, la toxina botulínica resulta especialmente efectiva, ya que puede llegar a subsanar casi totalmente el estrabismo, mejorando notablemente su desarrollo. En los casos en que el paciente es adulto, estas inyecciones se pueden administrar simplemente aplicando anestesia tópica (gotas en el ojo). Tanto en niños como en adultos el tratamiento se realiza de forma ambulatoria (sin ingreso).

El efecto de la toxina botulínica no comienza nada más inyectarla, sino que se empieza a notar desde el segundo día al décimo día de la administración, y su duración es variable (unos 4 a 6 meses). Sin embargo, los cambios que produce sobre los músculos oculomotores y su equilibrio son más prolongados y, en algunas ocasiones, mejora el estrabismo de forma permanente.

Con un mínimo de cinco o seis meses la desviación puede volver a aparecer y por tanto, el oftalmólogo puede estimar volver a inyectar la toxina. No obstante, en la mayoría de los casos con una intervención suele ser suficiente. Se puede alternar el tratamiento del botox con parches para corregir la ambliopía en caso de que el especialista lo considere necesario.

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