En España, aproximadamente un millón de personas (1.041.187) se estima que tienen glaucoma, sin embargo, la mitad de ellas (520.594) desconocen que lo padecen, ya que en sus etapas iniciales, la enfermedad suele ser asintomática.
La falta de tratamiento adecuado para el glaucoma puede conducir a la ceguera. Por tanto, es esencial someterse a exámenes y pruebas oftalmológicas de manera regular para detectar la enfermedad en sus etapas tempranas.
En el artículo de hoy encontrarás los 3 tratamientos que ofrecemos a nuestros clientes para frenar el glaucoma y recuperar su visión.
Un gran avance para la vista
A lo largo de la historia, se han logrado importantes avances en la comprensión y tratamiento del glaucoma, una enfermedad ocular que puede conducir a la ceguera sin el tratamiento adecuado. Desde la antigua Grecia, donde Hipócrates describió el glaucoma, hasta el siglo XIX, cuando Albrecht Von Graefe identificó su relación con la presión intraocular, se sentaron las bases para la investigación moderna.
En el siglo XX, se introdujeron medicamentos para reducir la presión intraocular y procedimientos quirúrgicos avanzados, como la trabeculectomía. En el siglo XXI, la tecnología y la medicina han dado paso a nuevos fármacos y técnicas menos invasivas.
Estos avances continúan brindando esperanza para preservar la visión y mejorar la calidad de vida de los pacientes con glaucoma.
Trabeculoplastia con láser
La trabeculoplastia con láser es un procedimiento oftalmológico utilizado para tratar el glaucoma de ángulo abierto, que es la forma más común de glaucoma. El objetivo principal de esta cirugía láser es mejorar el drenaje del fluido intraocular en el ojo y reducir la presión intraocular, que es un factor de riesgo significativo para el desarrollo y progresión del glaucoma.
- El procedimiento se realiza de manera ambulatoria en la mayoría de los casos y no suele requerir hospitalización.
- Antes de la cirugía, se pueden administrar gotas anestésicas (tópica o local) en el ojo para adormecerlo y evitar molestias durante el procedimiento.
- El oftalmólogo utiliza un láser especial para aplicar pulsos de energía en el tejido de drenaje del ojo, específicamente en la malla trabecular.
- Los pulsos de láser ayudan a mejorar la permeabilidad del tejido y facilitar el drenaje del fluido, lo que puede reducir la presión intraocular.
Es importante mencionar que, aunque la trabeculoplastia con láser puede ser efectiva para algunos pacientes, no garantiza una reducción permanente de la presión intraocular. En muchos casos, incluso después de la cirugía, el paciente aún puede necesitar usar medicamentos para el glaucoma para mantener la presión intraocular bajo control.
Cirugía para Glaucoma
El tratamiento quirúrgico para el glaucoma puede dividirse en diferentes enfoques dependiendo de la gravedad y el avance de la enfermedad:
Cirugía Microinvasiva (MIGS): Este tipo de cirugía es una opción menos invasiva que las técnicas tradicionales y tiene como objetivo mejorar el drenaje del fluido intraocular para reducir la presión ocular. Se utilizan dispositivos microscópicos y procedimientos mínimamente invasivos para mejorar el drenaje en el ojo sin necesidad de grandes incisiones o suturas. La cirugía MIGS suele tener tiempos de recuperación más cortos y menos complicaciones en comparación con las cirugías invasivas.
Cirugía Invasiva para Casos más Evolucionados: En casos de glaucoma más avanzado y cuando las opciones menos invasivas no son suficientes, se puede recurrir a cirugías más invasivas.
Dispositivos de Drenaje: Algunos pacientes con glaucoma avanzado pueden requerir la colocación de dispositivos de drenaje, como la válvula de Ahmed o la válvula de Baerveldt. Estos dispositivos se colocan en el ojo para crear una vía de drenaje adicional y reducir la presión intraocular.
Es importante destacar que el tratamiento quirúrgico para el glaucoma debe ser realizado por un oftalmólogo especializado en glaucoma, quien evaluará la situación individual de cada paciente y determinará la opción más adecuada.
EPNP. Esclerectomía profunda no perforante
En la EPNP, el cirujano crea una pequeña incisión en la esclera y retira una porción de ella para exponer la capa subyacente, llamada esclera profunda. Luego, se realiza una ampliación de esta capa profunda para crear un canal de drenaje en el ojo, permitiendo que el fluido intraocular fluya hacia el espacio subconjuntival (debajo de la conjuntiva, que es la membrana transparente que cubre la esclera). Este espacio actúa como una reserva para el fluido, ayudando a regular la presión intraocular.
Una de las principales ventajas de la EPNP es que el procedimiento se realiza sin la necesidad de colocar un implante o dispositivo en el ojo, lo que reduce algunos riesgos asociados con otras cirugías más invasivas. Además, al no perforar completamente la esclera, se minimiza el riesgo de filtración excesiva del fluido, lo que podría llevar a complicaciones.
Es la técnica de elección de Oftálica y realizada por pocos especialistas en glaucoma.
Es importante tener en cuenta que cada paciente y caso de glaucoma es único, por lo que la decisión de someterse a una cirugía debe ser tomada en conjunto con un oftalmólogo especializado en glaucoma, quien evaluará los riesgos y beneficios específicos para cada paciente.