¿Cómo se diagnostica la retinopatía diabética?

Cómo se diagnostica la retinopatía diabética

La diabetes, una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, no solo conlleva desafíos en el control del azúcar en la sangre, sino que también puede tener impactos significativos en la salud ocular. 

Una de las complicaciones más serias es la retinopatía diabética, que afecta la retina y puede llevar a la pérdida de la visión si no se detecta y trata a tiempo.

La clave para prevenir y controlar la retinopatía diabética radica en la detección temprana. Los exámenes oculares regulares, realizados por oftalmólogos especializados, desempeñan un papel crucial en este proceso. Pero, ¿qué pruebas realizan los especialistas para diagnosticar la retinopatía diabética?

Biomicroscopía Indirecta de fondo de ojo

La tecnología e innovación de las técnicas oftalmológicas ha permitido que la retinopatía diabética pueda ser detectada a tiempo.

Una de las técnicas más utilizadas es la conocida biomicroscopía indirecta de fondo de ojo, donde se logra visualizar el fondo de ojo a través de los oculares utilizando una lámpara de hendidura y una lente condensadora.

Antes del examen, se le administra al paciente un colirio para dilatar su pupila. Así, se facilita una mejor visualización de la retina y las estructuras del fondo del ojo. 

Además, puede revelar la presencia de edema macular, una complicación común en la retinopatía diabética que implica la acumulación de líquido en la región central de la retina.

Retinografía: control de la diabetes

Este procedimiento es clave en la detección temprana y seguimiento de diversas condiciones oculares, siendo particularmente fundamental en el control y manejo de pacientes con diabetes.

Dependiendo del tipo de equipo empleado, puede ser necesario dilatar la pupila del paciente para permitir una visión más clara y completa de la retina.

Las retinografías convencionales suelen abarcar campos de alrededor de 30 a 45 grados, ofreciendo una visión detallada de la mácula y la región periférica de la retina. Sin embargo, existen sistemas de retinografía de campo ultra-amplio que pueden capturar imágenes de hasta 210 grados, proporcionando una visión panorámica excepcionalmente amplia de la retina.

Dado que la diabetes puede afectar los vasos sanguíneos de la retina, la retinografía permite a los profesionales de la salud visualizar cambios en la vascularización y estructura retiniana antes de que se manifiesten síntomas visuales evidentes.

Angiografía retinal fluoresceínica

La angiografía de fluoresceína (AF) es un procedimiento mediante el cual se capturan imágenes de la retina utilizando una cámara especial. Estas imágenes ofrecen una visualización detallada de los vasos sanguíneos y otras estructuras en la parte posterior del ojo.

¿Cómo se realiza una angiografía retinal fluoresceínica?

  1. Aplicación de gotas en los ojos para dilatar la pupila.
  2. Inyección de una sustancia amarilla (fluoresceína) en una vena, generalmente en el brazo. La sustancia se dispersa por el cuerpo en 10-15 segundos y llega a los vasos sanguíneos de los ojos, haciéndolos fluorescentes en las imágenes.
  3. Captura de imágenes de la retina a medida que la sustancia pasa por ella, permitiendo al oftalmólogo detectar problemas y determinar áreas que necesitan tratamiento.

*Importante: No se puede realizar esta prueba a personas que tengan alergia al líquido que se inyecta. 

Esta técnica también se realiza para diagnosticar otras patologías como el edema macular, la degeneración macular o el melanoma ocular. 

Tomografía de coherencia óptica

La tomografía de coherencia óptica (OCT) proporciona imágenes tridimensionales de alta resolución, permitiendo la evaluación precisa del grosor de la retina. 

Esta tecnología se basa en la interferometría de baja coherencia de la luz, lo que permite generar imágenes de alta resolución y profundidad.

En el contexto de la retinopatía diabética, la OCT se utiliza para evaluar cambios en la morfología retiniana, identificar edemas maculares y detectar la formación de nuevos vasos sanguíneos anómalos.

En las etapas iniciales de la retinopatía diabética, los signos visibles pueden no ser evidentes, lo que destaca la importancia de reconocer que una persona podría estar experimentando esta condición sin presentar molestias visuales aparentes. 

Identificar la retinopatía diabética en una fase temprana y proporcionar el tratamiento adecuado es crucial, ya que esto puede prevenir la progresión hacia una pérdida total de la visión.

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